sábado, 27 de junio de 2015

Historieta
“Dos acorazados asignados a la escuadra de entrenamiento habían estado de maniobras
en el mar con tempestad durante varios días. 
Yo servía en el buque insignia y estaba de guardia en el puente cuando caía la noche. 
La visibilidad era pobre; había niebla, de modo que el capitán permanecía sobre el puente supervisando todas las actividades. 
Poco después de que oscureciera, el vigía que estaba en el extremo del puente informó: Luz a estribor.
¿Rumbo directo o se desvía hacia popa?, gritó el capitán. 
El vigía respondió “Directo, capitán”, lo que significaba que nuestro propio curso nos estaba conduciendo a una colisión con aquel buque. 
El capitán llamó al encargado de emitir señales. Envía este mensaje: Estamos a punto de chocar; aconsejamos cambiar 20 grados su rumbo. 
Llegó otra señal de respuesta: Aconsejamos que ustedes cambien 20 grados su rumbo. 
El capitán dijo: Contéstelo: Soy capitán; cambie su rumbo 20 grados.
 “Soy marinero de segunda clase -nos respondieron-. Mejor cambie su rumbo 20 grados”. 
El capitán ya estaba hecho una furia. Espetó: Conteste: Soy un acorazado. Cambie
su rumbo 20 grados. 
 La linterna del interlocutor envió su último mensaje: Yo soy un faro.
Cambiamos nuestro rumbo.



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